“Podemos ignorar incluso el placer. Pero el dolor insiste en ser atendido. Dios nos susurra en nuestros placeres, habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestros dolores: es Su megáfono para despertar a un mundo sordo … Sin duda el dolor como megáfono de Dios es un instrumento terrible; puede conducir a una rebelión final y sin arrepentimiento. Pero da la única oportunidad que el malo puede tener para enmendarse. quita el velo; planta la bandera de la verdad dentro de la fortaleza del alma rebelde «.
C. S. Lewis,
El problema del dolor.