“El amor es la esencia misma de la vida. Es la olla de oro al final del arco iris. Sin embargo, no se encuentra solo al final del arco iris. El amor también está al principio, y de él brota la belleza que se arquea en el cielo en un día tormentoso. El amor es la seguridad por la que lloran los niños, el anhelo de la juventud, el adhesivo que une el matrimonio y el lubricante que evita fricciones devastadoras en el hogar; es la paz de la vejez, la luz del sol de la esperanza que brilla a través de la muerte. ¡Qué ricos son los que la disfrutan en sus asociaciones con familiares, amigos y vecinos! El amor, como la fe, es un don de Dios. También es la virtud más duradera y poderosa «.

Gordon B. Hinckley,

Representar algo: diez virtudes desatendidas que sanarán nuestros corazones y hogares